Muchas son las lecturas que podemos sacar del referéndum que se ha llevado a cabo estos últimos meses en la localidad valenciana de Paterna. En primer lugar la falta de palabra del presidente de dicha localidad D. Lorenzo Agustí, el cual en las pasadas elecciones municipales prometió restaurar los festejos populares taurinos y a la hora de la verdad, su cobardía le llevo a escudarse tras este esperpéntico referéndum. Esperpéntico porque para el sistema de votación no se exigía medio de control alguno, lo cual hacia que muchas asociaciones, partidos políticos o agrupaciones (de uno y otro lado) contaran con un censo de la población de Paterna en la cual estaba registrado nombre completo y número de DNI. Por otro lado encontramos la baja participación, apenas un 15% de las más de 50.000 personas que habían sido convocadas a participar en este referéndum propio de repúblicas bananeras. Una baja participación que a mi entender refleja que a un 85% de la población de Paterna no le importa la celebración de este tipo de festejos en su localidad, lo cual no quiere decir ni mucho menos que estén en contra como muchos medios de comunicación no quieren hacer entender. Además encontramos la desinformación de parte de la población, lo cual me parece realmente preocupante, porque la gente ha ido a votar basándose en conjeturas, suposiciones y habladurías cuando menos desacertadas, como es el caso de la financiación, ya que la celebración de los festejos correría por parte de la Peña La Torre de Paterna y no del Ayuntamiento como muchos entrevistados afirmaban. O bien el caso de la celebración de los festejos por las calles de la localidad que entorpecerían el tráfico de peatones y vehículos, en primer lugar los festejos se realizarían en una plaza portátil y en segundo, acaso no entorpecen los mercadillos, fallas, procesiones... Muchas mujeres entrevistadas incidían en el hecho de la peligrosidad de este tipo de festejos, porque no recordar a estas mujeres que el año pasado en una sola noche de la Cordá hubo 45 heridos, o bien que en localidades vecinas también se celebran actos taurinos, así que deben preparar los candados para prohibir a sus hijos salir de casa. En fín, donde muchos han visto una gran derrota de los taurinos yo veo una insignificante derrota marcada por la incorrección de ambas partes y que a buen seguro no se repetiría en gran parte de las localidades de nuestra localidad y animar a los miembros de dicha peña a que sigan trabajando que al final seguro que obtienen su merecida recompensa.
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