No hay nada exagerado en Comeuñas alrededor del toro. Lo mismo se
sobrelleva el desastre de una corrida madrileña de Beneficiencia del
1984, que hizo raya por la parte baja de la línea de flotación, que se
pondera desde la mas absoulta discreción una decada entera donde, con
las excepciones de las temporadas 2006 y 2007, los Cuadri han echado
toros importantes en los distintos cosos donde se han anunciado. Plazas
donde se exigen resultados con el escalafón de los modestos. Y los ha
habido. Tantos y tan serios, que hoy por hoy es de las tres divisas más
apreciadas por el aficionado y señaladas por el público. Dos conceptos
donde los Cuadri han acertado a moverse con la naturalidad de quien nada
fuerza para que suceda, sino que simplemente sucede.
Un toro negro de nombre Jaramago, en la más pura
anatomia de lo que la sangre de Gamero Civico aportó a la mezcolanza con
lo de Urcola, marca en el 88 en Zaragoza el remonte de los Cuadri
después de esa primera época donde los carteles les colocaban al lado de
nombres importantes del escalafón.
Desde entonces, la década que destila hasta el día de hoy habla
de muchos toros que han fijado la impronta ideal que siempre buscaron en
su toro los ganaderos de Comeuñas. Un toro que meta la cara con brío,
que se desplaze lo necesario y que eche la cara abajo para comerse la
muleta con nobleza.
El conjunto, francamente envidiable para quien lo consiga, lo denotan los nombres de Tratante en la sevilla del 65, al que se añadiría al año siguiente en Fallas el juego excepecional de Clavijito, apuntalado ese mismo año con Nadadero,
otro soberbio ejemplar lidiado tambien en La Maestranza. Pero si hay
un nexo de conexión entre los últimos toros notables que han permitido
una auténtica riada de premios es sin lugar a dudas la prevalencia de
genes de Gamero Cívico sobre los Urcola o lo que es lo mismo, la imagen
de esos toros panzudos y astifinos de pitones acapachados y veletos.
Esa misma estampa que le prestan a las últimas temporadas los nombres de toros como Aragonés, Ribete o Frijonero, en la plaza más influyente del mundo, es la que luce casi en un ochenta por ciento la camada de éste año.
Porque se mire por donde se mire cualquiera de las corridas
apartadas para Castellón, Sevilla, Madrid, Tudela o Zaragoza, la imagen
es una de las más rotundas que pueda uno echarse a la cara. Con estos
mimbres, los ganaderos deben afrontar una temporada donde el reto no
estará en convencer con sus toros sino en revalidar ese cartel que hoy
por hoy le presentan como uno de los hierros más queridos por el
aficionado.
Tras nueve años de ausencia de Castellón, los toros de esta
divisa se anuncian por partida doble junto a Victorinos y Miuras los
días 17 y 18 de marzo.
Justamente un mes después llegará la cita con Sevilla con Antonio Barrera, Javier Castaño y Alberto Aguilar y un encierro hondo y cuajado como nunca en donde marcha un conjunto de mucha garantía y confianza.
Por supuesto lo que depare Madrid, cita donde se juega cada temporada una partida muy especial este hierro.
Hasta ahora y a pesar de lo que se quiera decir, los Cuadri han dado más que han recibido y si no que se lo pregunten a matadores como Israel lancho, David Mora o el mismo Ivan Fandiño, a quienes una tarde, la bravura de un Cuadri les otorgó el pasaporte de toreros importantes .
Mentiría si dijera que no conozco al personaje. Le conozco y bien como para pensar, que detrás de una temporada donde la responsabilidad es máxima, a Fernando Cuadri, le aprietan el pensamiento otras cosas distintas a como lidiar la temporada del 12. Pero el cerco se lo pone de nuevo una comida compartida entre el imposible de una entrevista y la inevitable charla que llega después de la segunda cerveza, para hablar sin duda de una palabra que no es nueva en estos pagos ganaderos, pero que se torna rotunda a la hora de nombrar a Sevilla, Castellón, Madrid, Tudela y las que llegaran después cuando la temporada decline: responsabilidad.
-¿A pocas días de que salgan los primeros toros para Castellón, es eso lo que más les preocupa?
-Pues podrá parecer un tópico pero así es. No vamos a esconder que dentro de las circunstancias que nos llevaron a lidiar toros de aceptable éxito en plazas claves, nos han devuelto de nuevo a un camino dulce pero donde el éxito exige y desde luego esa exigencia da responsabilidad, y no sabes cuanta.
-Hablando de Castellón, ese duelo entre Victorino, Miura y ustedes, ¿Le suena a liguilla entre las tres mejores ganaderias del momento?
-No, no que vá. En absoluto es así porque está claro que hay otros muchos hierros que han hecho cosas importantes y que desde luego no se deben de olvidar. Nosotros pensamos que estamos ahí porque se ha querido hacer una novedad torista y en esa línea siempre se nos ha mirado. Lo que esta claro es que medirnos con dos hierros de ese prestigio en dos tardes diferentes, a nosotros nos enorgullece muchísimo, aunque a ver si hay suerte y no pegamos un petardo.
-Pues la realidad de las últimas temporadas no da indicios para pensar que pueda ser así...
-Bueno, la verdad es que si nos fiasemos de las estadísticas, de los números, de los trofeos y de todo lo que nos ha llegado como reconocimiento de la afición, puede haber motivos para la confianza, pero la norma dice que cuando llega la confianza detrás viene el fracaso. Así que confianzas pocas y exigencias, las máximas.
-¿Lidiar todo después de como se está poniendo la cosa, puede sonar a triunfo?
-No se si a triunfo, pero que es una gran suerte de eso no cabe la menor duda. La situación de la Fiesta, al igual que otros muchos sectores, está muy difícil y duele ver como otros compañeros que llevaban toda la vida en esto, han llevado su ganado al matadero o lo están pasando francamente mal. Para colmo el año esta siendo terrorífico para la economía del campo y sin duda cuesta trabajo tirar para adelante en estas circunstancias .
-Mirando al futuro, ¿que se ve?
-Necesitaria experiencia y una bola y seguramente no acertaría, pero yo creo que para el futuro lo que si está habiendo ya es un recambio generacional que evidentemente necesita tiempo pero que indiscutiblemente va a ser imprescindible para que la ganadería siga funcionando y en ese sentido creo que hay buen material y confianza para pensar que eso va a ser así.
-Plazas de primer nivel, reconocimiento de los públicos, respeto de los aficionados... Su padre debe estar pasándolo en grande con lo que ustedes han conseguido sumar a esos cincuenta años de mucho trabajo.
-Y malos ratos también. Malos ratos donde las cosas se ponen duras y no hay luz. Pero es verdad que afortunadamente son más los momentos dulces que las tristezas y por lo menos el hombre, desde donde esté, sabrá que ante todo hemos sido fieles a esa línea de actuación y pensamiento.
-Madrid estaba claro, Castellón siempre fue plaza de éxitos, Zaragoza bien y Francia, de lujo. ¿ Es Sevilla la que más les preocupa?
-La preocupación de que las corridas se comporten como queremos es máxima para todos los festejos, pero si es verdad que Sevilla, aun con detalles de toros interesantes, no es una plaza que en los últimos años nos haya dejado satisfechos en modo alguno. Volvemos después de tres años de no lidiar una corrida de toros y yo nunca diré que puede pasar, pero sí que esta es la corrida de más confianza con la que vamos a la Maestranza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario