lunes, 15 de diciembre de 2008

Toros del frio

Nos encontramos a las puertas de la navidad, y como es lógico de este tiempo se suceden las nevadas a lo largo de nuestra piel de toro. Y aunque muchos de los que sigue el blog son grandes aficionados y conocedores del mundo del toro, muchos otros se están adentrando en este mundillo poco a poco (alguna demasiado lentamente) y creo que es de menester que conozcan una de las ganaderías más bellas de la cabaña brava española. Quizas no sea tanto por sus animales, sino por el marco que les rodea en esta época del año, y esta no es otra que la ganadería de Antonio Bañuelos, los conocidos toros del frio.

Su ganadería pasta en La Cabañuela, una finca situada en la zona central de la provincia de Burgos, en el borde del Páramo de Masa, a una altitud entre los 1.050 y 1.250 metros, con una pluviosidad aproximada entre los 750 y 800 litros por metro cuadrado al año, y unas temperaturas que oscilaron en 1998 entre los -13ºC de mínima en Enero y 34ºC de máxima en el mes de Agosto, con mínimas por debajo de 0ºC ocho meses de los doce del año y heladas durante 114 días de este citado año, periodo en el que el termómetro descendió por debajo de -5ºC en 24 ocasiones.

Esta ganadería, la primera de la provincia perteneciente a la Unión de Criadores de Toros de Lidia, se formó en 1993, tras adquirir a la familia Prado-Eulate el hierro que primero se denominó "TORREBLANCA" y que, posteriormente, en 1985 al comprar vacas y machos de "TORREALTA", se anunció a nombre de Doña Paloma Eulate y Aznar.Así, en Junio del 93, llegaban a Burgos las 95 primeras vacas que salían de la finca de "El Toñanejo", en Medina Sidonia. Entre ellas, 28 paridas con los hierros de Marqués de Domecq, Maribel Ybarra y "Torrestrella", 47 eralas preñadas del hierro de "Torrealta" y otras 20 añojas del mismo hierro. En cuanto a los sementales, se han utilizado ejemplares de "Torrestrella" y "Torrealta", en todos los casos con prueba de descendencia satisfactoria.

Las características climatológicas y orográficas de la zona en la que se ubica La Cabañuela condicionan casi todo: el manejo, la alimentación y las instalaciones. La primavera se retrasa en relación a otras regiones; la aparición de las hojas de los robles, signo de que la primavera está en su explendor, no se produce hasta bien entrado el mes de mayo. Por otra parte, la humedad aportada por el rocío de la mañana durante muchos días de verano, hace que la hierba se mantenga verde, en las zonas de exposición solar no excesiva, hasta prácticamente la entrada del otoño, en el que el rebrote del pasto y la rastrojera de cereales está prácticamente asegurada, a poco que las temperaturas de septiembre no sean excesivamente bajas.

La adaptación de los animales puede considerarse como muy buena, habida cuenta de su procedencia, de una zona totalmente diferente en cuanto a condiciones de clima y alimentación. Las buenas condiciones sanitarias de la zona, determinadas por la escasa concentración de ganado vacuno en los alrededores, facilitan indudablemente esta adaptación.

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