Los vecinos de Vila-real
abordaron ayer la recta final de las fiestas en honor a Sant Pasqual con una
multitudinaria tarde taurina. El bou per la vila marcó los últimos compases de
los actos festivos cubriendo todas las expectativas de calidad y también de
asistencia.
Cientos de vila-realenses y visitantes
se sumergieron de lleno en una de las jornadas más destacadas en la que los
toros cobraron especial protagonismo. El pistoletazo de salida corrió a cargo
de la charanga VA-KA-LEN-TA, que arrastró a los peñistas y aficionados hasta el
recinto. El astado número 9, de nombre Derrotista, de la ganadería La Campana,
fue el encargado de iniciar el animado bou per la vila. Tras este intenso
inicio, los asistentes pudieron disfrutar de Azafranero, del mismo hierro. Por
último, salió al ruedo el incansable Cantinero, con el número 14, que dio juego
a los más osados durante el resto de la tarde. Al caer la noche, los
aficionados asistieron a la embolada de los mismos astados de la tarde que
contó también con una más que notable afluencia.
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