La presencia de astados se reducirá un tercio en las próximas fiestas patronales de la Misericordia de Burriana que se celebrarán del 4 al 13 de septiembre. De las veinte reses que hubo el año pasado, se pasará a catorce, y todo ello a causa de la crisis económica. El Ayuntamiento, que adquiría seis toros de hierros de primera, sólo comprará dos, según informó el recién nombrado concejal de fiestas, Pedro Sancerni, y se exhibirán el primer y el último sábado de los festejos. Los otros doce toros tienen intención de pagarlos las peñas.
Sancerni tiene la pretensión de reunirse en breve con representantes de las peñas taurinas, el colectivo de peñas más interesado en otros aspectos, como conciertos, mesones, etc., y el Col.lectiu Escletxa, para ver cuales son sus aspiraciones y completar un programa que satisfaga a todos, dentro de las limitaciones presupuestarias actuales.
El responsable municipal explicó que su idea es completar el programa taurino permitiendo que los toros que se exhiban por la tarde puedan ser embolados por la noche. Eso se traduce en que deberán reservarse, en parte, durante la suelta vespertina, llenando los huecos con vaquillas y toros de corro. También se pretende realizar un concurso de ganaderías de la zona. Lo que no desaparecerá, por el éxito cosechado el año pasado, será el encierro de toros embolados. Sí se plantea, en cambio, una modificación del encierro matinal, que podría realizarse con vaquillas a las doce del medio día. Tampoco desaparecerá el encierro infantil, que podría ir precedido por una capea en la que se dé a conocer la labor que desarrollan en la escuela taurina de Burriana.
Pedro Sancerni, por aquello de recortar presupuesto, va a reducir la comisión de fiestas de dieciocho miembros a seis. Las labores propias de controlar las exhibiciones, retirar las reses y controlar todo lo que gira alrededor de la fiesta taurina piensa encomendárselo al torero y empresario Vicente Soler Lázaro.
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