Mañanas grises acechan… en viejos y rugosos árboles, negras sombras se pertrechan… bandadas de foscos córvidos funestos… en las más víboras artes diestros… resonancias de desesperación en sus picos siniestros… latido de negro lamento desconsolador... Crepúsculos sangrientos sobres el blanco lienzo del corredor. Toro Capuchino, leyenda de vengativa cornada... Toro colorado en romeros de luto perfumado, toro de negra y brillante mirada, toro rencoroso que la realidad destapa… toro de vertiginosa encornadura… tu terrible carrera eternamente la memoria desfigura… cuando me puse ante tu cuna era corredor guapo y moreno, tras tu embestida, que es una escultura a la casta que me inspira… soy un corredor de verdad, ya no soy un mocito, estoy como la rabia flaco, el rostro blanco como el mármol y con mi negro pelo de caracoles nevado de ceniza…
Fuente: El Reino de los cristales
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