El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga ya el posible delito por la reventa de un toro exhibido en Almassora en octubre de 2009 que, según la peña K-Nut, pasta ahora en una finca madrileña cuando debía estar sacrificado. Los agentes se pusieron en contacto ayer con los socios para conocer más detalles sobre el presunto fraude que los aficionados imputan a la finca Virgen de la Estrella de l´Alcora a cuyos responsables han denunciado.
Desde el Ayuntamiento de Almassora, y al conocerse la denuncia interpuesta por la peña local por la presunta estafa taurina, han descartado modificar la normativa municipal ya que, en opinión del equipo de gobierno, «se ha cumplido con las obligaciones y no tiene competencia en esta materia». Cabe recordar que en la actualidad son las peñas las que actúan de intermediarias entre el matadero y la ganadería para hacer llegar al primer propietario del toro el certificado de su muerte firmado por el matarife. El consistorio local está al margen de estas gestiones.
En el caso del toro adquirido por las peñas K-Nut y la Kelly para las fiestas de 2009, quien debió ocuparse de trasladar el parte del sacrificio al propietario original del animal, Herederas de Bohórquez, fue el gestor de la finca Virgen de la Estrella, que ejerció las funciones de cebadero y se encargó del traslado al matadero, siempre según la parte denunciante. Por su lado, el responsable de la ganadería de l´Alcora rehusó manifestarse al respecto ayer y confió en la justicia para resolver el caso.
Mientras, los socios continúan adelante con la determinación de llevar la presunta estafa ante el juez y ayer recibieron la llamada de los agentes del Seprona encargados del caso.
Pese a que en un primer momento los agentes de servicio en el cuartel de Almassora no quisieron admitir la denuncia porque es la Policía Autonómica la responsable del área taurina, los peñistas acabaron por convencerles para evitar tener que trasladarse a la comandancia. La investigación ha comenzado apenas cuatro días más tarde.
Los socios recuerdan que el contrato firmado entre las partes era de compra-venta, no de alquiler, además de incidir en que el ejemplar en cuestión hirió a uno de los miembros de la peña durante la exhibición de la tarde de aquel 3 de octubre de 2009.
De hecho, los socios se plantearon sacrificarlo antes de que fuera embolado, pero el peñista herido les hizo cambiar de idea por el bien de la fiesta y para que no se enfrentaran a la correspondiente sanción por sacrificar al animal.
Fuente: Levante-emv
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