Los encierros fueron seguidos ayer domingo por más de 10.000 personas a lo largo de todo su recorrido, tanto en su traslado por el campo como por las calles de la villa hasta la plaza de toros, según han informado fuentes de la Policía Local de Cuéllar.
Las reses de la ganadería sevillana de Gerardo Ortega, de encaste Juan Pedro Domecq, salieron de los corrales situados a las afueras del pueblo pasadas las 8,00 horas, de forma rápida y compacta, arropados por los más de trescientos caballistas participantes en el recorrido por el campo.
Guiados siempre por los bueyes, los toros han realizado un recorrido por el campo muy rápido, que ha obligado a los caballistas a emplearse a fondo para obligar a la manada a realizar los descansos previstos durante los cinco kilómetros que separan los corrales del recorrido urbano del encierro.
Mientras tanto, en las calles de Cuéllar, tenía lugar el popular "baile de Rueda", realizado principalmente por las mujeres de la villa, con el que recorren las calles antes de que lleguen los toros.
La manada ha entrado en el casco urbano de Cuéllar a las 9,35 horas de forma rápida y agrupada, pero en la calle La Resina dos astados quedaron descolgados del grupo debido al cansancio acumulado, y tuvieron que ser reconducidos por los pastores y los corredores más veteranos.
El resto del grupo de las reses fue desmembrándose en las calles Las Parras y San Francisco, propiciando carreras muy emocionantes para los corredores y momentos de peligro, debido a la tendencia de las reses a derrotar contra las talanqueras.
Pasados cinco minutos tras su entrada en el recorrido urbano, los toros entraron en la plaza cuellarana conducidos por los bueyes sin que se produjeran mayores dificultades.
El primer encierro ha transcurrido con tranquilidad para los servicios médicos y asistenciales dispuestos por el Ayuntamiento de Cuéllar a lo largo del recorrido y en la enfermería de la plaza que únicamente atendieron a algunas personas por heridas y magulladuras de carácter leve producto de caídas en las carreras, sin que se registraran heridas por asta de toro.
Tras concluir el encierro, tuvo lugar la tradicional "probadilla" con la suelta de vaquillas para los corredores y participantes en el encierro.
La antigüedad de los encierros cuellaranos está probada a través de los documentos que se conservan en el Archivo Histórico de la Villa de Cuéllar, siendo el más antiguo un acuerdo sinodal firmado en 1215 por el obispo Geraldo de Segovia en el que se prohibía a los clérigos su asistencia a "juegos de toros".
Los encierros de Cuéllar guardan estrecha relación con los populares "Sanfermines" de Pamplona, ya que hasta principios del siglo XX se celebraban también los primeros días de julio hasta que en 1921 se decidiera trasladar las fiestas al último domingo de agosto para evitar esta coincidencia.
Crónica extraida del portal Yahoo y el video de YouTube
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