La tercera etapa del certamen presentaba una tarde de sábado en al que un toro cerril de Jose Arriazu y la participación del hierro de Doménech Teulada, copaban la tarde del sábado 9 de abril. Toro Golfo nº 62 de José Arriazu. Tras dos vacas y un acertado manguerazo a la seca arena de la plaza, se alzaba el portón del cajón para que Golfo nº 62 de Jose Arriazu y propiedad de Ramaderia Doménech, provocase una exclamación generalizada en la grada dada las características de su cornamenta. Con unos pitones gruesos, y de una gran longitud a pesar de presentarse romos, hacia acto de presencia este Golfo de pelo negro y, exceptuando los pitones, clara morfología Navarra. De salida se dirigió a su derecha para arremeter contra los barrotes y tras unos primeros lances, alzar un par de veces el tablado donde pareció vaciar su fuerza inicial. Tras estos envites se dedico a acudir a los cites con algo de reserva hasta que se detuvo defendiendo su entorno próximo. Poco mas dio de sí durante la segunda mitad de su tiempo, pagando aparentemente los levantamientos de entablado del principio. Con la puerta de toriles abierta para ser encerrado, tuvo un último ramalazo en el banco alzándolo en un par de ocasiones, entrando en toriles con ayuda de los aficionados y poco más que reseñar.
La tercera ganadería en liza, dentro del Concurso Primavera Taurina de Meliana, era la del hierro de Dómenech Teulada, que ante una plaza prácticamente llena presentó en sociedad alguna de sus vacas menos conocidas junto con alguna que otra más clásica. La primera en aparecer fue Trompetera nº 79, que como de costumbre en los animales que abren cartel, tuvo trabajo por delante para dar y regalar gestionándolo como pudo. La característica Leñadora nº 25 fue la siguiente mostrando más movilidad que Trompetera y provocando por ello, algún que otro susto entre los muchos rodadores que la esperaban en la arena. Tras ella se exhibió a Golfo nº 62 de Jose Arriazu y propiedad de Ramaderia Doménech, de cuya lidia ya hemos dado cumplida información grafica. Tras un brevísimo descanso aparecía Venenosa nº 84, que tras su reciente maternidad, tardó en entrar en la lidia dejando al final de la misma pinceladas de su calidad con sendas subidas al entablado y un par de lances con peligro. Se esperaba con especial interés a Sevillana nº 402 tras la buena actuación de Moncada, pero fue presa de la marabunta y terminó por disolver su innegable calidad entre un mar de recortes dando tiempo a Chinola nº 269, que mostro su habitual movilidad trabajando todo el ruedo sin descanso. El toro capón Barrabas nº 84, que tuvo una puesta en escena algo fría, aunque lo suficientemente intimidatoria como para vaciar un poco el ruedo. Barrabas en su primera salida en muchos meses dejó sensaciones de poder hacer más, pero finalmente no pudimos disfrutar de alguna de sus típicas acciones en los obstáculos.
Las tres últimas vacas fueron Embustera nº 91, Vendeja y Brillantina nº 417 que con un ambiente algo enrarecido en el ruedo, fueron rodadas una y otra vez de forma machacona y sin piedad por algunos de los aficionados, desluciendo el tramo final de un espectáculo que, cumpliendo con su cometido, no llegó a las cotas a las que el hierro de Doménech Teulada nos tiene por suerte mal acostumbrados
Fuente: Toro Digital
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