A pocos días de cumplirse el aniversario del fallecimiento del ganadero D. César Chico y aprovechando la cesión de gran cantidad de fotos por parte de Juan Gimeno Sancho de Almazora, he decidido escribir un poco sobre la trashumancia del ganado bravo. Para ello me centraré en dos ganaderos que la siguen practicando, la ganadería de la viuda e hija de D. César Chico y la de D. Benito Mora, ambas turolenses y situadas en la comarca serrana de Albarracín. En conjunto poseen aproximadamente 1.000 cabezas, uno de estos ganaderos trashuma sólo con ganado bravo, mientras que el otro posee también ovejas. Son ganaderías de casta Villahermosa y estirpes Arranz y Coquilla.
El careo de verano se efectúa en montes públicos de la Comunidad de Albarracin y fincas particulares de la misma comarca. El pastizal de invierno está situado en Sierra Morena Oriental, provincia de Jaén; se trata de fincas particulares ubicadas en los municipios de Andújar y Vilches.
Hacia mediados de noviembre inician el recorrido hacia Andalucía que desandarán al cabo de más de medio año. Les esperan unos cuatrocientos kilómetros de camino para alcanzar los pastos de destino. Serán alrededor de veinte días de marcha, con dormidas fijas. Varias personas a caballo acompañan a las reses y tres yeguas trasladan el hato. Los vaqueros deben ser autosuficientes durante el viaje y solucionar por sí mismos los problemas que se les presenten.
Cada uno de los ganaderos usa una vía pecuaria diferente; uno de ellos utiliza la Cañada Real Conquense o de Los Chorros, mientras que el otro emplea la Vereda del Centro, también llamada del Picazo o del Hoyo y Sisante; ambos caminos se unen en Castellar de Santiago (Ciudad Real) formando una sola vía hasta Linares.
En su marcha itinerante los ganados y vaqueros encuentran múltiples problemas viarios, edificaciones en medio de la ruta, vertido de basuras y escombreras, cruce de carreteras y pueblos, etc. En otros tramos, los vaqueros se quejan de la estrechez de la vía pecuaria.
La historia de la trashumancia no se ha terminado, son pocos los ganaderos que quedan en España que continúan la tradición de la trashumancia, como son Serveliano Cervera, los ya mencionados Alicia Chico y Benito Mora, Enrique Serrano y Antonio Fernández "El Zorro". En los últimos años, estudios científicos han demostrado que el pastoreo en régimen extensivo es esencial para mantener la biodiversidad ibérica. Una cañada es un espacio virgen, un pastizal que nunca ha sido cultivado ni maltratado por la química.
En un momento de cambio climático, en el que muchas especies van a desaparecer en sus lugares de origen, los naturalistas reclaman el papel de la trashumancia.
Nota: Actualmente el ganadero D. Benito Mora, tiene su destino en los pastos de Cuenca, a través de la ya mencionada Cañada Real Conquense.
Fuente: Fotos cedidas por Juan Gimeno Sancho y Rubén Vidal (el resto de fotos las podréis ver en ToroDigital), información obtenida del Ministerio de Medio Ambiente, trashumaciadebravo.es y Peña Taurina Miraflorense.
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