Los toros volvieron a chiqueros con las dos orejas y el rabo, claro está. La cuarta de abono de la Feria del Roser de Almassora no abrió la puerta grande tras una tarde sin chispa en el ruedo, más allá de las que provocaron las tracas que anunciaron la primera salida alrededor de las 18.00 horas.
Retacón resultó ser un toro de palabra. Y es que el jabonero no quiso engañar a nadie y realizó una salida sin fijeza ni fuerza que enmudeció la plaza Mayor y dejó a Jole, encargado de pararlo, compuesto y sin novia alguna.
Sobre cartel, el Torrealta de El Polp, El Bocao, La Trifulka, La Brusa, Gamusino y La Tokatera, estas dos últimas se vestían por primera vez de luces, había despertado buenas impresiones. Sin embargo, se quedaron en papel mojado tras su lidia, a pesar de que ayer lucía el sol en la vila de la localidad. El astado, de procedencia Domecq, paseó por las calles y se dejó hacer en la plaza la Picaora, donde Richard le puso la chaqueta, y en la calle San Vicente, donde Borja le tendió el trapo.
Ya en corrales, las esperanzas de los aficionados se centraban en la actuación del Salvador García Cebada de la ACT La Picaora. La reina, Mireia Cubertorer, y sus damas, Esther, Sara, Laura y Ana, cambiaron el balcón consistorial por el cadafal para presidir la salida de Chupado en una Picaora con los cadafals que ya estaban rozando el “no hay billetes”.
Así, el burraco salió imponente a la arena de la plaza donde le esperaba Borja. Mostró fuerza en los primeros envites, incluso repitiendo la embestida y buscando al rodador, que tuvo que buscar la talanquera para liberarse del animal. Y eso fue todo. Poco después, el Cebada perdió fuelle y, a pesar de que respondía a los cites, no mostró esa chispa que lleva el encaste Cebada Gago.
Fuente: Patricia Rodríguez
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