El programa taurino del domingo de Carnaval comenzó con un encierro con caballos multitudinario en cuanto a público pero muy largo, duró más de dos horas y media. Los tres primeros astados de Cebada Gago subieron sin problemas por la avenida Conde Foxá, sin embargo el resto realizó el ascenso a cuenta gotas, prolongando la espera y la impaciencia del personal, sobre todo el de la plaza, que aguantó estoicamente la llegada de las reses. Entre las once de la mañana a la una y media de la tarde, diversos toros se quedaron emplazados en varios lugares del recorrido. Uno de ellos tuvo que ser encerrado en los toriles del comienzo de la avenida Conde Foxá. Otro se emplazó en la zona del polideportivo, introduciéndose incluso en el portal de una casa. Dos de los toros estuvieron largo rato entre el Registro y la calle Madrid, produciendo situaciones de peligro. Los bueyes subieron y bajaron en diversas ocasiones. Y la capea parecía que no iba a llegar nunca. Pero llegó, finalmente se encerraron seis de los siete toros, y tras la capea tuvo lugar el desencierro que prolongó el programa matinal hasta bien entrada la tarde.
La novillada sin picadores comenzó a las cinco menos cuarto de la tarde. Tres novillos de la ganadería de Cándido Flores para el triunfador del Bolsín, Manuel Cuenca (una oreja) el primer clasificado, Javier Moreno (ovación) y el segundo, Fabio Castañeda (ovación).
Tras la capea, el desencierro comenzó sobre las siete y media de la tarde y terminó con nocturnidad y un toro tirado con sogas en la zona de San Pelayo más allá de las nueve de la noche.
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