martes, 16 de febrero de 2010

Cuarto encierro de Ciudad Rodrigo

El último encierro urbano del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo se hizo interminable, por eso de que los toros tardaron más de una hora en entrar a la plaza y eso que los mansos lo intentaron por activa y por pasiva. A ello se sumaron esos mozos y mayores que no hacían más que llamar la atención de los astados sin importar el aburrimiento del tendido
Ciudad Rodrigo da casi por concluidas sus fiestas de Carnaval con el encierro urbano celebrado esta mañana, a las once horas. Pero antes, tuvo lugar el toro del aguardiente que, en su recorrido fuera de la plaza de toros, hirió de gravedad a un corredor que, tras su operación en la enfermería de la plaza, fue trasladado por Cruz Roja a Salamanca.

En esto, con pequeñas y gotas y menos frío que en días anteriores, sonó la campana ‘gorda’ para anunciar que comenzaba el encierro urbano. Al igual que en ocasiones anteriores, y van…, entraron los cabestros sin los toros. Al poco tiempo hizo entrada un astifino astado, burraco y de muy buena presentación, como fue todo el encierro en su conjunto.

El astado volvió sobre sus pies y regresó al camino del encierro, la calle era su mejor aliada. Tras la salida de los mansos nuevamente de toriles, entraron los astados, desperdigados pero, al menos, íntegros y con algunas fuerzas aún para realizar algunas embestidas y barridos del ruedo.

Tras una interminable y aburrida estancia en la plaza de dos toros, finalizó el encierro del que conviene hacer hincapié en algunos aspectos. Algo se debería hacer, desde la organización, para que pueda vivirse un encierro como mandan los cánones tradicionales, porque más parece una capea de calle que un encierro entendido como tal festejo taurino. En segundo lugar, los mozos y aficionados que pueblan el ruedo, deberían entender lo que significa la palabra encierro, y dejaran al pastor conducir el ganado sin llamar la atención una vez tras otra. Deberían entender que tras el encierro se celebra una capea en la que pueden demostrar sus dotes toreras o de recortadores. Y, por último, es una pena que se hayan perdido aquellos maletillas de antaño, ahora, a falta de Conrado, sólo queda un colombiano -ya entrado en años- que al menos fue el único que logró dar tres muletazos -con mucho riesgo- a un astifino astado.

Por lo demás, muchas caras de cansancio y a esperar esta tarde el festival y el último desencierro del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo 2010.

1 comentario:

Cuasca dijo...

Desde que han alargado el encierro la han cagado. Ahora ya no llega en condiciones a la zona de la muralla (registro - bobeda - calle madrid). Quitaron los pinos por hacer el encierro mas rapido y les ha salido el tiro por la culata. Si es que las tradiciones son tradiciones por algo...