El número de heridos da cuenta de lo peligroso que fue el encierro, que duró dos minutos y veintiún segundos. Los animales salieron agrupados, aunque pronto se quedaron un par rezagados. En los últimos metros de la plaza, Juncal, burraco, comenzó a escaparse del resto. Llegó en solitario a la curva de la estación, derrotando hacia la izquierda con peligro. Cinco segundos después, el resto de la manada, que fue la elegida por la mayoría de los mozos para hacer sus carreras. Y a continuación, un par de astados que complicaron la mañana. Uno de ellos era Serrano, castaño, que fue el que corneó a Jesús María Goñi y, además, embistió contra el vallado a un corredor en la Avenida Nuestra Señora de Ujué. A los corredores habituales se añadió el matador Juan José Padilla, que salió por la puerta grande a la tarde. Peligroso y espectacular. Los Cebada Gago justificaron la afluencia más multitudinaria de las fiestas.
Fuente: Diario de Navarra
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