La vuelta a la normalidad sin incidentes y la rapidez marcaron ayer el transcurso de la sexta Entrada de toros y caballos de Segorbe después del accidentado encierro del viernes, en el que tres caballos resultaron heridos.
La entrada no tuvo la perfección de las cuatro primeras jornadas, pero al menos los jinetes centraron su atención en los seis toros que conducían y, aunque separados en dos grupos, los caballistas pudieron realizar un perfecto control de las reses.
El trabajo fue especialmente interesante por delante, con el decano Ramón Ardit en punta, Plácido Mínguez y Miguel Ángel Guillén a los lados y, ligeramente por detrás, Juan Calpe y Manuel Zarzoso, formando parte de una V que, como un arado, va abriendo entre la gente el surco por donde pasan bóvidos y equinos.
Cabe destacar entre los caballistas la presencia de José García, que el viernes se vio implicado en la doble caída. El otro jinete que resultó derribado del caballo, Alfonso Alandí, no participó en el encierro, pues le diagnosticaron un latigazo cervical por el que fue atendido en el Hospital la Mini Fe de Sagunto, ya que tras la entrada notó mareos mientras comía con sus compañeros.
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