Guadalajara, 19 de septiembre de 2010.- Rápido y emocionante. Así ha sido el último encierro de las Feria de Guadalajara que se ha desarrollado esta mañana sin ningún incidente ni heridos por asta de toro. Con la puntualidad que exige este festejo, a las ocho de la mañana se lanzaban desde la puerta de médicos de la Plaza de Toros los cohetes de rigor que anunciaban la salida de los astados desde los corrales de la calle Boixareu Rivera. Desde el principio, y atendiendo a la citas de los primeros corredores posicionados en el recorrido, una de las reses se ha separado de la manada haciendo la carrera por su cuenta y de forma adelantada. Raudo y veloz, el animal ha salido disparado dando derrotes a ambos lados de los tablones de protección.
A la misma velocidad ha llegado a la altura de las curvas de Santo Domingo y de Bienestar Social que ha tomado sin dificultad, dando muestras de que ya era conocedor del terreno, para enfilar la calle Capitán Arenas, que esta vez sí contaba con una amplia presencia de corredores.
Por detrás, el resto de la manada también fue estirándose, un hecho que provocó que muchos aficionados esperaran a las reses para coger toro, pudiéndose ver carreras espectaculares, dignas de mención y con mucho peligro.
Al final, todas las reses han entrado a la plaza de toros en un encierro que apenas ha durado minuto y medio cargado de intensidad y cuya espectacularidad hubiera sido completa de haber sido las reses de la lidia y en puntas en vez de las utilizadas en el concurso de recortadores como ha vuelto a suceder este año.
Si el ambiente en las calles era el propicio para llevar a cabo este tipo de festejo, el que había en los tendidos de la plaza de toros tampoco se podía despreciar. El coso de las Cruces se abarrotó para presenciar este último encierro y la posterior suelta de vaquillas junto con un eral.
Fuente. Guadalajara 2000
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