El cuarto encierro se convirtió ayer en el más rápido de todas las fiestas de Tudela y también el que mayor número de heridos de consideración ha dejado en el camino. Los novillos de Macua, de mucha más presencia que lo que suele ser habitual en estos encierros, cubrieron los más de 850 metros en poco más de 3 minutos y 20 segundos en una carrera muy rápida que, pese a todo, dejó sitio para que los más experimentados y los que quieren irse abriendo un hueco tuvieran sus oportunidades delante de las astas.
Todo empezó sin mayores problemas, con una manada muy agrupada y estirada que permaneció así hasta la curva de Camino Caritat con Baquero Jacoste, donde ya llegaron tres morlacos destacados del resto. Esa distancia fue suficiente para que varios corredores se colaran entre ambos grupos y pudieran sacar partido al trote regular y sin derrotes que emprendieron los de Macua. Hasta entonces la presencia de corredores fue mucho menor que en los encierros anteriores y no hicieron falta empujones ni toma de posiciones.
Al llegar a la mitad de la avenida de Zaragoza varios mozos cayeron a la derecha del recorrido creándose dos pequeños montones lo que provocó varios lesionados. El herido de mayor consideración fue el tudelano de 31 años J.P.H.M. que sufrió la fractura del codo derecho y aunque fue trasladado al Hospital Reina Sofía no requirió de ingreso en el centro.
Por lo demás, el encierro transcurrió sin incidentes a la espera del de esta mañana en el que los toros de Conde de Maza, de Morón de la Frontera (Cádiz), protagonizarán la penúltima carrera.
Info: Diario de Navarra
No hay comentarios:
Publicar un comentario