El sábado 2 de septiembre, le tocaba el turno a la Comisión Centro de Rafelbuñol, día grande de toros en una localidad tan taurina. Con una Avenida Magdalena llena de arena y con los cajones frente al ayuntamiento se respiraba aroma de día grande. Con poca gente, a las 18:00 saltaba a la arena un espectacular animal marcado con el hierro de Zalduendo, toro de fenomenal presentación, buena culata, bien enmorrillado, con leña por delante, un toro de plaza de primera para Rafelbuñol. Tras una buena salida el toro desarrolló una buena lidia, aunque por la noche se comportó de manera espectacular. En segundo lugar saltaba a la arena un animal de la ganadería de Luis Algarra, toro grande, incluso algo basto que desgraciadamente y tras una buena salida siguió la línea de juego que hemos visto en La Vilavella en los de esta ganadería. En tercer lugar saltaba a la arena un toro de Guadaira, toro apretado, musculado, más recogidito que los anteriores y que tras otra buena salida se dedicó a visitar el recinto taurino.
A las 00:00 nos acercamos hasta Rafelbuñol para ver la embolada del Zalduendo, la embolada fue horrible, toro con mucha cuerda, gente por los suelos y el toro un buen rato en el pilón, una cortada de infarto con un aficionado de la localidad al rabo que el animal puso en apuros y que milagrosamente se salvó. Parecía que la embolada iba a pasar factura al astado, sin embargo una rodada de cara, con mucha verdad y dándole terreno al animal para correr, encendió la mecha de un animal bravísimo y con una clase tremenda. Con el animal ya enfrente del ayuntamiento, pudimos ver un toro poderoso, toro que por poner un pero, digamos que le costaba mucho ir al quiebro. Era un animal para rodar y solo el de Massamagrell se atrevió con él, incomprensiblemente algunos aficionados de la localidad tiraban del animal hacia el asfalto, teniendo que ser este aficionado quien tirara del animal hacia la arena, Dios sabe que prefiero ver a ese toro parado en la arena, que humillado en el asfalto por esos. Aún tuvo el animal fuelle para embestir al capote de un aficionado local con una gran clase, ya con las bolas apagadas el toro se retiró a su merecido descanso en los corrales. La mejor palabra que encuentro para definir al animal es, como dijo un amigo "un bou espectacular".
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