Martes 7 de septiembre, día del bou en la localidad valenciana de Puzol, tras una multitudinaria bajada de cajones (20.000 personas según algunos medios) y con puntualidad alemana daba comienzo la desencajonada de los cuatro astados que había preparado la Comisión para la ocasión. Con un molesto viento se levantó la puerta de cajones a un precioso toro colorao ojo de perdiz perteneciente a la ganadería de Toros del Tajo, toro muy bien armado pero que quizás le faltaba algo de remate. Tras una rápida salida, volteo sin consecuencias a un veterano aficionado local, desarrolló su lidia en la parte ancha del recorrido, mostrando sentido y sabiendo defenderse de la multitud de recortadores.
El segundo turno fue para el toro de Luis Algarra, otra lámina de toro. Realizó una fuerte salida desviándose a las callejuelas lo que ocasionó más de un susto. El toro se limitó a defenderse.
El toro de Osborne deslumbró a todos por su excelente presentación, aunque al igual que el resto de protagonistas de la tarde no llegó a emplearse.
El cuarto de la tarde fue un chorreado de El Pizarral, una auténtica mole de toro que no tenía nada dentro.
Por la noche se embolaron tres toros cerriles más entre los que destacó sobremanera el astado de la ganadería de Zalduendo que desarrolló una lidia con sentido poniendo a cada uno en su sitio, sin lugar a dudas el mejor toro de la jornada maratoniana.
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