A las nueve y diez de la mañana arrancó ayer el primer encierro de las fiestas de Peralta. Los novillos de la sevillana ganadería de Peñajara protagonizaron un encierro largo que se saldó con dos heridos que no revisten gravedad.
Cuando explotó el cohete, la manada salió dirigida por los bueyes y tras ellos en fila los seis novillos, con uno de ellos barriendo el vallado de la plaza de la iglesia hasta la entrada en la calle Mayor. El novillo sardo resbaló entonces, haciendo la totalidad de la calle Mayor en solitario, fijándose en todos los sitios y creando momentos de tensión.
Una vez entrada la manada en la calle Irurzun, los cabestros habrían la misma y parte de los toros iban siguiéndoles, pero el sardo que venía desde la calle Mayor recorrió la calle Irurzun también él solo, volviendo a barrer el vallado de ambos lados de la calle, avanzando así hasta la esquina de la floristería.
En el último tramo los bueyes seguían al frente de la manada, y esta vez los astados por la derecha del recorrido, excesivamente cerca del vallado. Provocaron situaciones comprometidas para los corredores del último tramo y llegaron hasta la curva de bajada a la plaza de toros, donde pasaron a los cabestros limpiamente por la curva. Dos reses coloradas se empotraron contra el vallado de la derecha y uno de ellos estuvo en el suelo hasta la llegada del toro sardo.
Ambas protagonizaron uno de los sustos mas considerables a la entrada de la plaza de toros al arrollar al corredor de Hernani J.A.P.A., de 46 años, con las únicas consecuencias de un fuerte golpe en la cabeza, producido al caer al suelo, y erosiones en las rodillas y brazos, siendo atendido por la DYA.
A la entrada de la plaza de toros también hubo algún susto. Aparte del atendido por la DYA, otro corredor de Rada, A.G.G., de 44 años, se cayó y se tuvo que desplazar hasta el centro de salud de Peralta por su propio pie, donde se le limpiaron algunas heridas.
Fuente: Diario de Navarra
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