De mujer a mujer. De les Aficionades a Aurora Algarra, heredera de la prestigiosa casa ganadera que se anuncia con el nombre de su padre, Luis Algarra, y que aportó el primer astado de la tarde taurina de las fiestas en honor a Santa Quiteria. Pero las 140 mujeres que conforman esta asociación no estaban solas, Guardián tampoco. Junto a ellas, las peñas El Corb, Clafidors y San Fermín, con un Román Sorando, dieron forma a la penúltima tarde taurina de estos festejos.
La divisa lila y blanca se fundió con el fucsia y oro de los vestidos de torear que, unas fiestas más, y ya van cuatro, lucieron las componentes de la ACT Aficionades Taurines. Expectación a la salida y Borja como anfitrión a pie de arena, como manda la tradición.
Bonita salida gracias a la maestría de un maestro de la calle y de ahí Guardián se fue por las calles, para saludar al respetable y, a posteriori, fijar su fortaleza en la plaza de la Picaora, donde el noble Algarra tuvo buenos momentos con Patricio, que es todo un doctorado en el quiebro.
Poco más de 30 minutos después y, con la animación que ofreció uno de los mansos de capota, salió a la arena Toledano. Bonita planta la del Román Sorando al que recibió César Palacios ataviado con los colores que veneran al santo patrón de Pamplona.
Una salida en la que el director de lidia realizó el quite de la feria y se convirtió en el ángel de la guarda. Detalles de bravo dejó el Sorando por las calles para a continuación llegar a la Picaora.
Después de la suelta de varias vacas de ganado que completaron las exhibiciones y dieron juego al numeroso público congregado, la fiesta continuó en el casal de Aficionades, punto de encuentro de aficionados taurinos y vecinos, donde se llevó a cabo la actuación del dúo Bocarranas.
Esta tarde se abrirán por última vez los chiqueros del antiguo consistorio, para dar salida a las reses de El Barrilet, Els Penjats, El Gavell, El Retiro y Aficionats al Bou. ¡Que Dios reparta suerte!
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