domingo, 7 de agosto de 2011

La crisis no embiste a los "bous al carrer"


El "boom" de los toros. A lo largo de 2011 en Puçol se soltarán medio centenar de toros cerriles y, según los expertos, el dinero que generará esta actividad rozará el millón de euros. Como en el resto de la Comunitat Valenciana, l'Horta Nord está viviendo un "boom" de los "bous al carrer" gracias al esfuerzo de las peñas y la bajada del precio de las reses.


En cuestión de fiestas, la provincia de Valencia tiene comarcas de "moros", "falleras" y "boueras". L'Horta Nord es de estas últimas. Según los expertos, es la más "bouera" de la provincia y sólo por detrás de las grandes "plazas" de Castelló. De abril a octubre las calles de 18 de los 23 municipios de la comarca quedan interrumpidas por barreras, "cadafals" y plazas portátiles para albergar la celebración de unos 150 actos taurinos. Una fiesta que ni sus numerosos detractores, ni los accidentes mortales -el último, el pasado fin de semana en Rafelbunyol-, ni la crisis económica han logrado reducir. Más bien, lo contrario.
En 2006, el periodista y estudioso de los "bous al carrer" Alberto de Jesús presentó en las jornadas taurinas de Puçol un informe en el que aseguraba que esta fiesta movía 560.000 euros anuales sólo en este municipio. Cinco años después, los cálculos de Alberto de Jesús elevan la cifra a casi el millón de euros ya que el número de festejos y de toros ha crecido considerablemente.
Para su estudio, De Jesús incluyó el presupuesto de los siete festejos que se celebraban entonces en Puçol -contratación de los animales y gastos en seguros y médicos-, y añadió a la cifra resultante (360.000 euros) los gastos particulares de las peñas (unos 70.000 en camisetas, "cadafals" o comidas) y de las casas situadas en los recintos taurinos (alrededor de 60.000 en la compra de barrotes y de alimentos para agasajar a los invitados que acuden a presenciar los "bous" desde el balcón), además de actos, jornadas y conferencias para promocionar la fiesta (10.000 euros).
Desde aquel 2006, en Puçol hay un festejo más -el de Sant Antoni, en enero-, los seguros y los médicos son más caros y, sobre todo, las peñas contratan ahora más toros cerriles que nunca.
¿Por qué ocurre esto último? Un cerril es un toro que se compra a la ganadería y se torea por primera vez. Su coste varía de los 1.000 euros que vale el astado de un hierro sin mucho nombre, a los 12.000 que se ha llegado a pagar por un Miura o un Victorino. De Jesús calcula que el coste medio de un cerril es de unos 3.000 euros.
En tiempos de bonanza, cuando las ganaderías criaban a sus reses lo hacían pensando en que serían lidiadas en una plaza de toros. Pero pasó algo similar a lo ocurrido con el negocio inmobiliario: se crió mucho, ha llegado la crisis y no hay manera de colocar en las plazas el excedente de toros nacidos hace 4 o 5 años. Pero los ganaderos han encontrado en las calles de los pueblos una salida a su "stock", hasta el punto de ofertar "packs" a "festeros" y peñas taurinas, que compiten para ver cual contrata a los mejores astados.

Por ejemplo, entre el 15 de agosto de 2010 y el 15 de agosto de 2011 se han contratado en 17 municipios de l'Horta Nord alrededor de 280 toros cerriles. Aplicándole la media de los 3.000 euros por toro, las peñas y los festeros y, en menor medida los ayuntamientos, gastaron durante este periodo alrededor de 840.000 euros en cerriles.
Habría que añadir los mil euros que puede costar el porte de uno o varios toros desde la dehesas de Andalucía, Extremadura o Castilla donde se crían -y donde se queda gran parte de los 184 millones de euros al año que, según la Generalitat, genera esta fiesta en la C. Valenciana- hasta el municipio. Y una vez aquí hay que pagar seguros, equipo médico, informes y tramitación de documentos.
Esto sólo en toros cerriles, que suelen correr una vez por la tarde, son embolados por la noche y finalmente son sacrificados (sus dueños pueden llegar a un acuerdo con el matadero y se quedan la carne para comérsela entre los peñistas o repartirla a los vecinos). A esto habría que añadir el ganado de corro -toros que se torean y embolan varias veces, y las vaquillas-, que se suelen incluir en los programas de "bous al carrer" alternando con los cerriles. Una suelta de vaquillas para un encierro suele costar unos 700 euros de media, mientras que un toro para embolar ronda los 500 euros.
Así pues, el de los "bous al carrer" es un negocio que va a más, no sólo en l'Horta Nord sino en toda la Comunitat Valenciana. La secretaria de la muy protaurina conselleria de Gobernación anunciaba que el número de festejos en el primer semestre de 2011 era un 36% mayor que en este periodo de 201o. Los toros se han puesto el traje de luces y capean a la crisis.

La Comissió de Baix de Massamagrell vivirá su día grande el 15 de octubre. Ese día sacará a la calle tres o cuatro toros cerriles, cuya compra habrá supuesto un desembolso de unos 8.000 euros. La Comissió de Baix sólo tiene 12 miembros que trabajan a lo largo del año para comprar las reses y pagar todo lo que conlleva alrededor. Cada peñista abona una cuota mensual de 35 euros y redondea los ingresos con la venta de lotería de Navidad y del Niño y un sorteo semanal. El ayuntamiento les subvenciona con unos 300 euros y les paga los servicios médicos. Las barreras pertenecen al municipio. Además de los toros, la Comissió tiene que pagar unos mil euros del seguro 24 horas, unos 120 euros a una "colla" por embolar cada toro, 700 para la arena que cubrirá el asfalto y entre 500 y 700 de las vaquillas que completan el cartel. Si contratan una charanga, 300 euros más. En total, y añadiendo la comida para las amistades, unos 11.000 euros.
Info: Levante-EMV
Foto: Albert de Juan

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